Dejamos aquí los mejores, hasta ahora:
Jorge Panera:
"En cierta ocasión antes de conducir de vuelta a casa un fin de semana pasé por Estafeta para llevar a mis padres uno de los manjares pamplonicas por excelencia. Compré 1kg de garroticos (recién salidos del horno). Casi me salto el cruce de irurtzun porque no conseguia quitar los dos celos con una sola mano ¡cómo se resistía el condenado! pero ¡ojo!, cómo entró el garrotico, entraron 3 o 4 más durante el viaje. Todos estaban cenando fuera cuando llegué a casa, no había cena y estaba lloviendo. Tenia en mis manos la caja llena de garrotes que mis padres nunca llegaron a probar".
Pablo Ibarburu:
"Recibí un disparo en 1998. La bala hubiera atravesado mi corazón de no haber sido por la caja de Pastas Beatriz que llevaba a modo de colgante.Desde entonces no salgo de casa sin mis pastas, ni tampoco con ellas. Mi psicólogo lo llama agorafobia.¿Habéis pasado alguna vez la tarde entera viendo telecinco? Ojalá nunca hubiera comprado aquellas pastas. ¿Qué haces cuando el único producto de hostelería que puede hacerte parar de llorar es el mismo producto de hostelería que te hizo llorar"?
José Manuel Aranda:
"Un estudio reciente ha revelado que Dante Alighieri no estaba realmente enamorado de Beatriz, tal y como era el acuerdo: lo único que le interesaba era si era ella la "tal Beatriz de las pastas" de la que habla todo el mundo. Así mismo en la misma revista científica, en la sección de economía, los expertos afirman que incluso en tiempos de crisis "la única pasta que necesita la gente es la de Beatriz".
Cris Jiménez Latorre:
"Garrote vil para los que osan pedir garrotes en lugar de napolitanas".
Mañana a las 00:00 horas se decidirá el ganador entre estos y los que queden por participar. El lunes, una persona podrá invitar a toda su cuadrilla a merendar...o hacer como hicieron estos:
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